En respuesta a la tragedia: superando el juego de la culpa

Escribe desde los Estados Unidos: Rev. In Jin Moon

In Jin Moon
In Jin Moon

 

27 de noviembre 2011

Buenos días. Es tan bueno verlos a todos. ¿Han sobrevivido a la fiesta de Acción de Gracias? ¿Y al pavo, y al relleno y la salsa, y a todos los postres? ¿O aún lo llevan con ustedes? (Risas).

Tuve una hermosa fiesta de Acción de Gracias en el Centro de Aprendizaje, junto con la Generation Peace Academy (GPA) y Jatoma, junto con toda su familia: Jaga y Tammy, y he oído que sus padres también estuvieron muy ocupados por detrás, trabajando en la cocina; prepararon un delicioso banquete para todos nosotros. Disfruté mucho no tener que trabajar en la cocina. Por primera vez me di cuenta de lo que se siente ser un niño otra vez, porque me sentí tan bien cuidada por la familia Gavins y las personas que se ofrecieron para ayudar en la cocina.

Los Conciertos de los Jóvenes por la Paz Mundial

Fue un momento increíble para mí porque tuve que pasar algún tiempo con nuestros hijos de la GPA. Ellos han estado muy ocupados los últimos meses preparándose para celebrar el cumpleaños de nuestros Padres Verdaderos, un gran evento que tendrá lugar dentro de un par de meses en Corea. Nuestros Padres Verdaderos recientemente invitaron a todos los diferentes países del mundo a que envíen un vídeo de su mejor coro. Al Padre y la Madre les gustaría presidir lo que inicialmente comenzó como un concurso de coros, pero que ahora se ha ampliado para incluir obras de teatro y diferentes tipos de músicas y conjuntos de danza. Por lo tanto, va a ser un concurso artístico en Corea.

Tuve la gran fortuna de trabajar con los niños bendecidos en Japón durante más de una década con los Conciertos de Jóvenes por la Paz Mundial. Cuando fui por primera vez a Japón, hace años, quería apoyar la importancia del arte en la educación de los niños. Cada vez que ustedes se esfuerzan por ser el mejor artista, ciertas cosas entran en juego. Ustedes tienen que entender el significado de la demora en la gratificación, tienen que aprender a configurar a corto plazo y los objetivos a largo plazo, y hay que estar dispuestos a comprometerse con la disciplina y el proceso para convertirse en un gran artista, y llevar a cabo de esa forma los objetivos a corto o a largo plazo.

La primera vez que se inició esto en Japón no teníamos una gran cantidad de recursos financieros para invertir en la segunda generación, pero cuando miré a estos niños hermosos, me di cuenta de que ya tenían el don en su interior. Dios les dio maravillosas cuerdas vocales que, con el tipo apropiado de disciplina y motivación, podría ayudarles a convertirse en cantantes fenomenales en un hermoso coro.

A lo largo de más de 12 años, Japón ha creado coros hermosos. Cada año en los conciertos de jóvenes, cientos de coros de todas las prefecturas de Japón compiten por ser capaces de actuar en el concierto de la juventud. Para el año noveno o décimo, estos niños llegaron a ser tan buenos y tan versados en sus prácticas de coro que desde la Embajada de Japón comenzaron a tomar nota. A pesar de que Japón sigue negándole a nuestro Verdadero Padre una visa de entrada, yo no podía pasar por alto la belleza de nuestra segunda generación de coros bendecidos, por lo que estos coros comenzaron a ser invitados a la Embajada para llevar a cabo sus rutinas ante varios embajadores y dignatarios que llegaban a Japón.

Nos dimos cuenta de que en ese hermoso coro había grandiosos Embajadores de la Paz. Se convirtió en el rostro de nuestro Movimiento, la presencia de nuestros Padres Verdaderos. Se convirtieron en la cara hacia la gente de Japón y de todos los dignatarios que fueron invitados, quienes tuvieron el honor de ser entretenidos por estas voces angelicales.

Luego ellos se fueron a hacer el trabajo aun mayor de vivir por el bien de los demás; no sólo entretener a los dignatarios, sino también atender a los ancianos de Japón trayéndoles un pedacito de cielo a la gente en los hogares de ancianos que solo esperaban la muerte. Cuando estos niños hermosos de 10, 11 y 12 años de edad vinieron y se tomaron todo el día para pasar un tiempo con los ancianos, jugando con ellos, haciendo papiroflexia con ellos, abrazándolos, tocándolos, y actuando para ellos, todas esas personas que sólo están esperando la muerte sintieron que Dios les había enviado un pequeño pedazo de cielo y una visión de lo hermoso que su país puede ser. Se puede ver la belleza del futuro de Japón en estos niños.


El Coro de la Generation Peace Academy

Siempre ha sido mi sueño, no solo en Japón, sino también en todo el mundo. Este concurso internacional le ofrece al Movimiento Americano la oportunidad de participar. Cuando empecé con la idea de crear Lovin ‘Life Ministries, lo traje a Brian Saunders para dirigir el coro, con la esperanza de poder crear un coro como estos profesionales han hecho con los niños bendecidos en Japón. Pero con las dificultades de llevar adelante el Ministerio, además de que cada artista tiene su propia angustia, los problemas, las pruebas y tribulaciones, me puse a pensar: “Estamos en camino de convertirnos en un gran Ministerio, pero ojala tuviéramos un coro decente”.

Entonces llegó un aviso de Corea de llamar a un concurso internacional. Me acuerdo de un video que mostró hace mucho tiempo a los niños japoneses Bendecidos sobre lo increíble que los niños estadounidenses bendecidos son. Fue un video del coro Dom Hak desde Seattle. Siempre he tenido este coro en mi mente. Fue la imagen de estos hermosos niños la que inspiró a los niños bendecidos japoneses, porque ellos querían ser los mejores representantes de su país.

Pensé que para este concurso de coros, en vez de traer los adultos, sería maravilloso si ampliábamos la idea del coro que existía en Seattle y se volvió al GPA, en la casa de la futura Unificación Church Taberncle Choir (el Coro del Tabernáculo de la Iglesia de Unificación) Usted ha oído hablar del Coro del Tabernáculo Mormón, que es la envidia del mundo. No importa si usted está de acuerdo con su fe o no, no puede dejar de admitir que ese coro es increíble, profundo y sobrecogedor. ¡Qué maravilloso si pudiéramos hacer lo mismo en GPA!, donde los niños tienen la oportunidad de descubrir quiénes son, llegar a sus propias identidades y destinos, y deciden hacer algo con sus vidas mientras se preparan para su futura vida en la universidad o como adultos.

Cuando exploré un poco más, me enteré que la directora Sun Hak es la madre de Mitsuru, la bella dama que vemos todos los domingos aquí tocando la viola. Así que la madre de Mitsuru llegó y comenzó a trabajar con el GPA. La primera vez que trabajó con ellos, dijo, esto va a ser muy difícil. “Toqué una nota y luego les pedí que lo cantaran de nuevo para mí, me devolvieron la canción con tres o cuatro notas diferentes” Ella se dio cuenta de que había una gran cantidad de trabajo por hacer.

Con el corazón de una madre que invierte en el futuro, con ganas de hacer que nuestros hijos brillaran, ella y Mitsuru han hecho un trabajo fenomenal. Cuando me dieron una muestra de lo que la gente puede esperar de ellos en Corea, yo quedé totalmente sorprendida y atónita. Quiero darle a la GPA un aplauso por el gran trabajo realizado, y espero que con el esfuerzo continuo, todavía tienen un par de meses, vamos a ser capaces de traer el Gran Premio a casa como los ganadores de la competencia.

Aunque he pasado 12 años con los niños en Japón, y seré un tanto parcial en este momento, sería maravilloso ver a nuestros niños americanos de segunda generación traer a casa el trofeo. Les recordé a ellos en la noche de Acción de Gracias que tendrán una competencia realmente dura. El año pasado el coro japonés venció a Los Angelitos, y no sólo eso, tienen a su favor el “cute factor” (cute es una forma coloquial de decir lindo) el factor “lindura” a su favor. Los miembros del PAM son chicos de 17, 18, 19, 20 años de edad. Los coros japoneses son de 5, 6, 7, 8, 9 años de edad, y muy “monos”. Sólo por el factor belleza van a ganar algún premio.

Pero por sobre todas estas cosas, ellos cantan como los ángeles. Y con la cantidad de inversión que ponen en cada canción, todo su cuerpo canta. Al ver su cara, no sólo sus ojos, sino su boca y su lengua, sus dientes, todo canta. Como parte de la audiencia, ustedes no pueden sentarse allí sin ser sorprendidos, conmovidos, e inspirados. GPA, ustedes tienen una dura competencia por delante, así que por favor, sigan practicando.


Dolores de cabeza por las fiestas

Estaba compartiendo con ellos, celebrando el Día de Acción de Gracias; una época familiar, de pavos y postres grandes, esos que dejan en tu cintura un par de centímetros de más. Y luego tendremos Navidad y Año Nuevo, y todas estas celebraciones están a la vuelta de la esquina. Pero también sabemos que la temporada de vacaciones es un momento en que las emociones son increíblemente altas. Las fiestas tienden a sacar lo mejor y lo peor de la familia. Cualquier persona que le guste ir al cine como entretenimiento estoy segura de que es consciente de todas las películas de Navidad familiar que hay, acerca de cómo un protagonista no podía estar demasiado interesado en ver a un miembro de la familia en particular, pariente u otra persona, y la angustia que uno pasa a través de prepararse para llegar a la reunión familiar. O los diferentes temas no resueltos y los diversos conflictos que han estado en esa familia por muchos años, son las cosas que no nos dejan mirar hacia adelante.

Yo sé que a mucha gente, y estoy segura que muchas personas en el centro de Manhattan, sienten lo mismo cuando piensan en las vacaciones de Navidad o la temporada de fiestas en general. Para muchos de los jóvenes, este es un momento difícil porque es el final del año, y el año nuevo está a la vuelta de la esquina. Ellos quieren tener un sentimiento de cierre de capítulo, una sensación de haber conseguido un logro. Pero si el año no ha sido bueno para ellos, se pueden fácilmente perder en el sentimiento de ser ignorados, abandonados, sentirse inútiles: o, en palabras de algunos jóvenes con los que he trabajado, sentirse como un “árbol invisible”.

Muchos de ellos sufren una gran depresión. Ellos no saben a quién acudir o con quien hablar, cómo buscar ayuda. Muchas veces la familia no sabe qué hacer con los jóvenes que están en pleno proceso de tratamiento de la depresión. Ustedes pueden haberse enterado de la tragedia que ocurrió con una familia en New Hampshire, donde un joven decidió quitarse la vida. Cuando miramos a los jóvenes y los antecedentes de por qué decidieron quitarse la vida, se puede ver que no es un hecho aislado, no es un impulso de una sola vez por el cual se convirtieron en personas que quieren perder su vida. Hay toda una historia detrás de un chico o una chica perturbados que se quitan su propia vida, muchas veces las señales de alerta son vistas desde el principio, incluso con chicos de 10, 11 o 12 años de edad, en particular de 12 años.

En una comunidad religiosa como la nuestra, donde queremos lograr un mundo hermoso y la construcción de familias ideales, lo primordial es entender que es una gran responsabilidad y una carga a tomar. Muchos de nosotros, incluida yo misma, simplemente no se sienten preparados para ser padres. Nadie me dio un manual sobre cómo ser una madre, nadie me ha enviado a un taller en el que me enseñaran a tratar con todos los problemas que pueden surgir en una familia. Todos nosotros damos nuestro mejor esfuerzo con lo que tenemos, sin darnos cuenta de que realmente no se nos ha dado un conjunto completo de herramientas para hacer frente a todas las cuestiones familiares.


Superando el juego de la culpa

Nuestros Padres Verdaderos han hecho hincapié en la importancia de los tres últimos meses del año. Es un momento en el que las cosas llegan a su fin en la preparación de la nueva primavera, la nueva fortuna celestial que les espera. Es un momento para hacer balances, para la introspección, para ser respetuosos con el año que ha pasado en preparación para el año que está por venir.

Sin embargo, los últimos tres meses tienden a ser los más precarios, en los que muchas cosas están ocurriendo juntas y tantas emociones son muy altas. Una vez más, la temporada de vacaciones saca lo mejor y lo peor en las familias. A muchos de nosotros nos gustaría ser una familia perfecta, perfecta en la forma en que entendamos lo que significa la perfección. Todo el mundo entiende la perfección de una manera única. Cuando un joven, hombre o mujer, se siente atrapado en una familia la cual siente que no es perfecta, o se siente como que no pertenece a esa familia, entonces el niño se siente completamente perdido. Cuando el niño no tiene un fuerte núcleo interno o una relación profunda con nuestro Padre Celestial, con nuestros Padres Verdaderos o con la comunidad de la iglesia, es para ese niño muy fácil perder la esperanza.

Como padres, en primer lugar, nuestras oraciones, pensamientos y buenos deseos deben ir hacia la familia que ha perdido a un ser querido. Nosotros, como padres, muchas veces nos enfrentamos con esta trágica situación y no sabemos qué hacer. No sabemos cómo lidiar con lo que acaba de ocurrir. No sabemos cómo liberarnos de la culpa que ponemos sobre nosotros mismos. No sabemos cómo concentrarnos en el futuro, en el resto de la familia que todavía tiene que ser cuidada, cómo lidiar con nuestras vidas en el contexto de una comunidad más grande llamada “nuestro Movimiento”. A veces, estas preguntas son muy difíciles para las familias afectadas con un trágico suceso como este.

Cuando nosotros como padres, como hijos, como hermanos y hermanas de este Movimiento nos hemos visto afectados con este tipo de tragedias, hay un deseo inmediato de culpar a alguien o a algo: “Esto sucedió porque esa persona es culpable”, “la culpa era de sus antepasados”, o “los mismos padres descuidaron muchas de las señales de advertencia, razón por la cual son los culpables”. Sé que los padres en esta situación pasan por una fase a la que yo llamo el juego de la culpa. Muchos padres, ante todo, se echan la culpa: “¿Qué podría haber hecho? Mi hijo era rebelde, mi hijo era adicto, mi hijo estaba enfermo”. Inmediatamente se culpan a sí mismos, pensando que todo lo referente a su hijo es, de alguna manera, su entera responsabilidad.

Como comunidad, tenemos que entender que está bien para los padres iniciar el proceso de duelo mirando hacia adentro, queriendo asumir la responsabilidad sobre sus propios hombros. Pero si nos fijamos en la vida de una persona joven, y esto es un adulto de 20 años de edad, nos damos cuenta de que el niño también tiene una responsabilidad que no cumplió. En efecto, podría haber una miríada de otras razones por la que algo como esto ocurrió, pero no es sólo un problema de los padres. A menudo, en esta situación los padres o los diferentes miembros de la familia de inmediato buscan a la familia generacional para culpar. Por ejemplo, tal vez el padre o la madre eran alcohólicos, y por lo tanto, el niño es un alcohólico. O un padre o un hermano del padre intentaron suicidarse, por lo tanto, el niño va a intentar suicidarse.

Esto lo hemos visto a lo largo de la historia. Cuando Adán y Eva fueron hechos por Dios, “¿Por qué te escondes?” Fue la primera instancia histórica de cada uno culpando al otro: Adán culpa a Eva, Eva culpa a la serpiente. E incluso con sus hijos, Caín y Abel. Caín culpó a Abel por ser el favorecido, y, además, culpó a Abel porque su sacrificio no fue aceptado por Dios.

La culpa es algo muy peligroso y difícil de superar. Cuando nos fijamos en las familias que están atrapadas culpando a las nuevas generaciones o a sus antepasados ​​o familiares, vemos que este es el tipo de familia que no puede mirar hacia adelante en la vida. Cuando vamos por el camino de la vida, es casi como conducir un automóvil en el que tenemos que ser conscientes de hacia dónde vamos, tenemos que estar atentos a nuestro destino. Pero al mismo tiempo, tenemos que ser conscientes de los espejos laterales que nos dicen dónde estamos en el curso de nuestras vidas. Tenemos que saber dónde estamos y quiénes somos.
Cuando vas en tu coche, además, tienes un espejo retrovisor que te permite mirar hacia atrás de vez en cuando, así puedes medir la distancia de tu vehículo mientras ves los otros coches que están yendo en tu misma dirección. Monitoreando a dónde vas, (mirando hacia delante) evaluando con los espejos laterales, (donde te encuentras en tu vida), y mirando por el espejo retrovisor de vez en cuando, entonces podrán tener una idea de dónde se encuentran en la carretera y continuar así su viaje.

Pero cuando estamos atrapados en este juego de culpar, muchas veces culpándonos a nosotros mismos, muchas veces culpando a los antepasados ​​o a los familiares, o las cosas que ocurrieron antes, es casi como conducir por la carretera yendo hacia atrás mirando el espejo retrovisor. Si conducimos a más de 100 kilómetros por hora mientras miramos por el espejo retrovisor, esto es algo muy peligroso. Tarde o temprano podríamos tener un accidente. Cuando estamos estancados en el pasado, no mantenemos el foco sobre hacia dónde vamos y cuál es nuestro futuro a la luz de las trágicas circunstancias que acaban de ocurrir, es como conducir en la carretera mientras se mira sólo por el espejo retrovisor. Entonces estamos atrapados en nuestro pasado, no nos alejamos de nuestro pasado para ver el glorioso futuro que tenemos por delante. Sí, todas las tragedias que tienen lugar en nuestras vidas son muy dolorosas y difíciles. Pero si podemos aprender de ellas, si podemos ver distintos puntos de vista de ellas, si podemos obtener un cierto nivel de sabiduría, entonces podemos llegar a ser una persona más fuerte que se prepara para el futuro y para el destino por el cual estamos aquí, para llevar a cabo en nuestra vida.


Asumir la responsabilidad por nosotros mismos

Algunos de nosotros estamos atrapados en la idea de ser mártires. Es muy poco saludable tomar responsabilidad por otros, y realmente es un perjuicio para nuestro propio bienestar. Las personas que sufren de este complejo de mártir pueden pensar: “!Mi pobre vida! ¿Por qué nací en esta familia? ¿Por qué nací tan pobre, sin perspectivas de futuro?”. Muchos afro-americanos podrían haberse sentido así antes del movimiento de derechos civiles: “¿Por qué nací negro?”

Cuando decidimos asumir la responsabilidad de nosotros mismos, en lugar de vernos como prisioneros de nuestro destino o las circunstancias actuales, nos damos cuenta de que podemos hacer cosas increíbles. Los afro-americanos han comenzado a darse cuenta: “Yo no soy diferente de los americanos blancos. Dios me creó a Su imagen, al igual que mis hermanos y hermanas blancos. Yo tengo el derecho de vivir mi vida como un ser digno y divino, y tengo el derecho de no culparme por mis desgracias en mi vida o mi historia. Tengo el derecho de mirar hacia el futuro y mi destino glorioso, el de elevarme sin la ayuda de nadie y convertirme en esa gran persona y agente de cambio”. Es este tipo de pensamiento el que permite que un hombre negro como el Presidente Obama se siente en la Casa Blanca.

No nos resignemos a nuestra suerte o nuestra situación particular, sino más bien entendamos que podemos ser agentes de cambio, en lugar de esperar a que Dios nos envíe una cura milagrosa para todos nuestros males y problemas, sepamos que Dios nos dio Su espíritu en nuestro interior. De hecho, Dios reside precisamente dentro de nosotros, como está escrito en I Corintios 3:16, donde Pablo dice: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”

No somos un producto de la circunstancia en las que nos encontramos. Independientemente de donde nacen, con cuántas tragedias nos topemos, qué dificultades se encuentran en nuestro camino, el espíritu de Dios reside en nosotros. Si realmente creemos que somos el templo de Dios, entonces tenemos el deber y la responsabilidad de vivir una vida sagrada, vivir la vida agradecidos. En lugar de sentir lástima por nosotros mismos, pensando: “Pobre de mí, qué triste estoy”, o, “Si mis padres fueran de esta manera, si mis amigos tan solo fueran de esta manera, si mis abuelos fueran de esta manera” Nos damos cuenta de que, en lugar de culpar a otros por nuestra desgracia, Dios permanece en nosotros, y tenemos la responsabilidad de vivir por el bien de los demás, apoyando, animando, inspirando, y tocando la divinidad dentro de nosotros.

Siempre les recuerdo a las personas que parecen atascadas en este complejo de mártir, culpando a los demás de su desgracia, que si son verdaderos mártires, no importa lo mucho que están sufriendo, muriendo, o perseverando. Si somos verdaderos mártires no deberíamos culpar a los demás. Deberíamos seguir orando por los demás. Deberíamos desear el bienestar de los demás. Deberíamos seguir queriendo capacitar a otros mientras estamos sufriendo, mientras estamos muriendo.


El Complejo de la Culpa dentro del matrimonio

Estaba aconsejando a una pareja joven, la mujer sufría de lo que yo llamo el complejo de la culpa, ella hablaba con su esposo diciéndole: “Tú eres la razón por la que estoy insatisfecha. Tú eres la razón por la que no veo ningún valor en mi vida”. Esta joven muchacha expresaba tanta negatividad, siempre echando la culpa, constantemente repitiendo por qué estaba triste. “Si tan solo fueras así, y debido a que no lo eres es que me haces infeliz”. Ella hizo que su felicidad dependiese de las acciones de otras personas. Ella estaba básicamente diciendo: “Yo soy una mujer independiente. Quiero hacer mis propias cosas”. Pero ella misma se convirtió en una prisionera de esa relación, haciendo que todo dependa de lo que el otro estaba haciendo.

Esta joven seguía echando la culpa, casi hasta el punto donde los dos últimos años de su relación se la pasó básicamente diciendo: “¡Fuera de mi vida! Eres la razón por la que soy miserable. Si te vas entonces voy a ser feliz. ¡Fuera de mi vida! Quiero el divorcio”.

Los últimos dos años de la relación ella empujó a su marido a que le diera el divorcio. El marido no pudo soportarlo más cuando su esposa le bloqueó la entrada a su casa diciéndole cosas horribles, culpándolo a él, a todos sus amigos y a la comunidad por su dificultad, entonces él le dijo: “Está bien. ¿Quieres el divorcio? Entonces te lo daré.

En el momento en que este hombre dijo: “Bueno, está bien. ¿Quieres el divorcio? Eso tendrás”. Entonces ella se dio vuelta y le dijo: “¿Cómo te atreves a querer un divorcio?” El marido le dijo: “¿Perdón?” Ella dijo: “¿Cómo te atreves a romper la bendición? ¿Qué clase de Unificacionista eres?”. Todas estas cosas salieron afuera en la discusión. Entonces el marido le dijo: “Tú eres la que me pide el divorcio”. Ella le dijo: “¿Cómo te atreves? ¡Regresa ahora mismo!

Para entonces ya había presionado tanto a su marido. Ella sacó un cuchillo, e incluso le tiró con los platos. Este hombre tenía heridas de tantas batallas. Realmente no podía ver la esperanza de continuar con esa relación. Él sintió que esa mujer tenía que trabajar en ella antes de que pudieran tener un futuro juntos. Ella realmente necesitaba centrarse en no culpar a todos por su complejo de martirio, sino más bien darse cuenta que el uso constante del botón de “repetición” es el motivo por que ella no estaba siendo feliz. Ella en realidad se convirtió en una profecía auto-cumplida, en la que creó su propia infelicidad debido a su incapacidad de ver que, por estar constantemente culpando a los demás de todos sus problemas, estaba perdiendo la cosa que más quería.

Cuando el esposo finalmente se decidió a abandonarla, entonces ella decidió: “Bueno, usted no debería tener derecho de ver a mis hijos”. Ella llamó a los hijos sus hijos. En primer lugar, hermanos y hermanas, cuando tienen niños, no son sus hijos. Los niños nacieron debido a Dios, por los Padres Verdaderos, debido al marido y la esposa. Hubo un espermatozoide y un óvulo que participaron allí. Y a pesar de lo difícil que sea una situación en su matrimonio, ustedes no pueden divorciar a su marido de la vida de sus hijos. Un niño llegó a existir debido a un padre y a una madre, y con independencia de lo que está pasando con su cónyuge, usted tiene que dar a unos y a otros la dignidad de mantener esa relación con el niño como un padre y una madre, excepto en las situaciones extremas, como cuando se trata de incesto, entonces tenemos que tomar otras medidas. Pero a condición de que el padre no esté abusando sexualmente de los niños, y si está haciendo todo lo posible para ser un buen padre, la esposa no tiene derecho a separar a su marido de los hijos tan sólo porque le molesta.

En otras palabras, independientemente de lo molesto que podamos estar en nuestras propias demandas individuales de por qué pensamos que tenemos el derecho de culpar a los demás, tenemos que reconocer que los niños, preciosos regalos de Dios, no vinieron solo a través de nosotros. Se requiere un hombre y una mujer, un padre y una madre. Por lo tanto, el niño debe ser criado por un padre y una madre, independientemente de lo que los cónyuges estén pasando, si están divorciados, separados, o pasando por el proceso de resolver las cosas. El niño necesita tener acceso a ambos, al padre y a la madre.

Si la mujer continúa de esta manera, ella en realidad va a terminar arruinando su futura relación con sus propios hijos. Sus hijos por ahora son jóvenes, ella puede más o menos decirles lo que quiera, como por ejemplo: “Papá es malo, él rompió la bendición”, sin contarles a los niños que fue ella la que lo llevó a romper la bendición. La madre puede sentir que tiene todo bajo un control total, pero si sigue así, los niños crecerán y se van a empezar a preguntar, “¿Dónde está nuestro padre?, ¿por qué nuestro padre no está aquí?” Y van a empezar a buscar a su padre, y terminarán agraviando a la madre por mantenerlos lejos de él.
El juego de culpar a otros no va a funcionar, porque al final no sólo va a perder a su marido, ella va a ser una mujer muy solitaria por la pérdida de sus hijos.


Culpar requiere práctica

Cuando veo que este tipo de incidentes tienen lugar, me doy cuenta de cuán perjudiciales son, del grado de dificultad que tiene para las familias hacer frente a la culpa. A menudo, en lo que respecta a la relación entre padres e hijos, los hijos culpan a sus padres por todo. Nunca hay que decir que todo es culpa de una sola persona, así mismo, en una relación padre-hijo, nunca es simplemente todo culpa de los padres, y no todo es culpa del niño. Por lo general es una mezcla de dos cosas.

Un niño hace poco se me acercó y me dijo: “No soporto a mis terribles padres. No puedo hablar con mi padre, no puedo hablar con mi madre. Son padres horribles”. Pero cuando miramos detrás de esa situación y vemos el trasfondo, es posible que tal vez el padre esté siendo muy estricto porque el niño estaba en medio de una adicción, o el niño no estaba en la escuela, o el niño no era respetuoso.

Cuando nos fijamos en la situación de una familia, hay muchas razones y personas diferentes en juego, por lo que se hace difícil decir que solamente ésta o aquélla persona es la que tiene la culpa. Por lo general, es la combinación de un montón de cosas. Cuando una familia se ve envuelta en este tipo de crisis, esto no sucede durante la noche. Esa familia llegó allí por la práctica de ciertas cosas.

Cuando te encuentras con alguien que culpa a otros, que dice chismes, te das cuenta que se necesita mucha práctica. Al igual que la mujer que repetía constantemente todas sus razones de por que ella era infeliz, te das cuenta de que había llegado hasta allí por recitar todos los días, a cualquier oído atento que se preste, por qué ella era infeliz. Al culpar a los demás, ella se está auto-enseñando las razones por las que siente que tiene derecho a ser infeliz. Culpar a las personas y divulgar chismes sobre una persona toma una gran cantidad de tiempo y mucha práctica.

Cuando te encuentras con personas que tienden a echar la culpa hacia el exterior, a todo lo demás excepto a ellos mismos, entonces te das cuenta de que tienen una larga historia de esta repetición constante. Ellos tienen una larga historia de ser así, y tienen una larga historia de ser negativos. Es por eso que es muy difícil ver algo positivo o algo gratificante en la vida.


“Culpar a los demás te deja lisiado perpetuamente”

Al crecer, yo compartí la habitación con una hermana menor con la que era muy difícil vivir. Ella era muy limpia y ordenada, y a pesar de que compartíamos la misma habitación, había casi una demarcación invisible: “Esta es mi cama, esta es mi parte de la alfombra. Tu huella no va a pasar hasta aquí”. Si mis pisadas llegaban a aterrizar en su lado de la habitación, tenía que pasar la aspiradora por la alfombra de inmediato.

Muchas veces ella realmente me hizo enojar mucho, y yo quería culparla sin más. Quería decirle: “No puedo vivir una existencia naturalmente. Me gusta mi habitación ordenada, pero no estéril”. Yo no podía vivir una existencia natural con una hermana así. Sentí que estaba viviendo con desinfectante y alcohol, cualquier mota de polvo, cualquier pedazo de tierra debía ser borrado de inmediato. Era casi como si yo no existiera en esa habitación.

Pasé por un período en el que estaba muy molesta. Tenía muchas ganas de echarle la culpa, y yo realmente quería enojarme con ella. Pero entonces me di cuenta de que cuanto más lo hacía, más me enojaba. Y cuanto más la culpaba en mi cabeza, más negativa me volvía. Cuanto más culpaba, más habitualmente le enseñaba a mi cerebro a pensar negativamente. Al culpar a otros, yo me estaba enseñando a mi misma a pensar negativamente, a un punto tal en que no podía estar agradecida por mi vida. No pude ver ninguna acción de gracias en mi vida. Me encontré muy deprimida.

Por lo general, cuando estoy frente a una dificultad u obstáculo lo que me gusta es escribir. Una de las cosas que escribí para mí, que parecía ayudarme en ese proceso de querer superar el impulso de culpar a los demás, era la siguiente frase: “Culpar a los demás te deja lisiado a perpetuidad”. Te deja a ti, a mi y a cualquiera lisiado para siempre, te sientes como si estuvieras con una discapacidad. No se puede hacer otra cosa que continuar con la culpa, seguir siendo negativos, seguir sin ver la esperanza o el significado en su vida. Culpar a los demás nos deja lisiados a perpetuidad.

Te das cuenta de que sólo cuando realmente puedes descubrir o destapar la llama interna, tendrás el coraje de cambiar. Así que, en lugar de culpar a otros, actitud que te mantiene lisiado, si puedes descubrir tu llama interior, es decir, la divinidad interior, con el valor de cambiar, no de cambiar a los demás, sino con el coraje de cambiar uno, que es la forma de mantenerse adelante del juego, lo que significa tratar con todas las cosas que la vida pone delante tuyo, todas las pruebas y las tribulaciones o las trampas que la vida podría jugar contigo.

Sólo por el descubrimiento de tu llama interior, con el coraje para cambiar, es lo que los mantendrá a la vanguardia del juego. Eso me recordó una vez más el versículo donde Pablo dice que Dios habita y vive dentro de ti.

Cuando me encontré con el deseo de culpar a los demás, me pregunté: ¿cómo puedo salir de este atolladero? ¿Cómo puedo llegar a un punto donde empiezo a mirar hacia el camino que estoy transitando y no quedarme atrapada en el espejo retrovisor, siempre pegada a lo que ha ocurrido, siempre pegada a las razones por las que debería ser miserable?


Conectarse a los circuitos de Dios

Muchos niños bendecidos que están pasando por la adolescencia quieren hacer un montón de cosas diferentes. Se podría decir así: “Mi hermano mayor y su hermana lo están haciendo, entonces yo debería hacerlo”. O, “Ellos están haciendo mi vida miserable, por lo tanto, voy a ser miserable”, atribuyendo su deseo de hacer algo a los demás, y por lo tanto se siente bien en hacerlo; en otras palabras, creando una excusa para poder culpar a los demás.

Me di cuenta de que no quería hacer eso, ser una hija rebelde sólo porque había nacido en una familia pública, o porque tenía padres que estaban siempre viviendo una vida para servir al mundo. Hay muchas razones por las que alguien que nació en la Familia Verdadera podría querer culpar a los demás antes que a nosotros mismos, pero yo no quiero hacer eso. Yo no quiero culpar a mis padres o mis antepasados, o mis familiares. Yo no quiero culpar a la iglesia.

Si me encuentro en una situación difícil, independientemente de lo que haya pasado en mi vida, ¿cómo puedo mejorarlo? Eso es lo que me pregunté a mí misma, y varias cosas vinieron a mi mente. Cuando se llega a un lugar donde se decide hacer el cambio, simplemente dejar de culpar a los demás, tomar el control de su vida, ustedes pueden aprovechar su llama interior. Como nuestros Padres Verdaderos nos dijeron muchas veces, los seres humanos son como lamparitas de luz, como la iluminación en esta sala. Pero si usted no está conectado con el espíritu de Dios o el poder del amor verdadero, no va a tener la brillante luz que se arroja sobre todos nosotros en esta sala.

Del mismo modo, si no estamos conectados con Dios, independientemente de lo hermoso, adornado que podamos ser, aunque nuestra lamparita sea hermosa, nunca seremos capaces de lanzar esa luz brillante sobre el mundo como se supone debería ser. Una de las cosas más importantes para mí es volver a la razón por la que estoy aquí. Independientemente de lo que está pasando en la vida, lo más importante a tener en cuenta es que, si usted quiere cambiar su vida de estar culpando a todo el mundo para realmente ser una persona agradecida, ser una persona pro-activa, ser ese agente de cambio que le hará la vida mejor, tiene que hacer un par de cosas.


Determinar nuestro propio destino

Lo primero que tienes que hacer es tener una visión clara de lo que quieres. Te puedes encontrar en una relación familiar no ideal, pero, a fin de cambiar o salir de la rutina en la que te encuentras, tienes que tener una visión de la familia que quieres construir. Tenemos que entendernos a nosotros mismos en relación con Dios, entender por qué estamos aquí, y entender que Dios es nuestro Padre Celestial que nos ha creado no sólo para sufrir, marchitarnos, perseverar y morir, Él realmente quiere que seamos esa luz brillante que derrama una gloriosa luz sobre el mundo.

Cuando Dios te creó a ti y a mí, Sus hijos e hijas eternos, como criaturas de Dios, Él tuvo una visión para todos nosotros de un tipo de vida en la que le gustaría que todos disfrutáramos y nos sintiéramos realizados. Cuando tenemos una comprensión de lo que queremos en nuestra vida, entonces nos damos cuenta de que el siguiente paso es llegar a un curso de acción. Tenemos que tener un plan claro de ser capaces de identificar lo que no queremos en nuestras vidas y lo que sí queremos.

En lugar de culpar a los demás, petrificarnos a nosotros mismos en un estado miserable, empecemos a buscar en nuestras circunstancias personales y digamos: “Esta es una situación difícil. Estas son las cosas que me gustaría quitarme de encima, estas son las cosas en las que me gustaría trabajar. Estas son las cosas que me gustaría ver en mi relación o mi familia”. Mediante esto podremos identificar lo que no queremos y lo que sí queremos.

Entonces, tiene que haber un compromiso de ser responsables, de que vamos a ser responsables por el cambio en nuestras vidas. Vamos a ser los agentes de cambio, independientemente de lo difícil e insoportable que nuestra situación sea. Si tenemos la visión y tenemos el plan, y estamos comprometidos a ser responsables, es decir, llevar a cabo ese plan con diligencia y compromiso, entonces seremos capaces de ver los frutos de nuestro trabajo.

Cuando decimos que vamos a ser responsables, esto significa que, al igual que culpar a otros y decir chismes sobre los demás requiere de mucha práctica y muchas horas tomando un café, en una vida activa y positiva, donde podemos determinar nuestra propio destino, ser responsables significa practicar esto todos los días. Al ser responsables estamos de acuerdo en comprometernos a practicar esto todos los días.

La mejor forma de practicar es la oración, todos los días nos recuerda por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo, porque estamos comprometidos a llevar a cabo la visión que nos hemos fijado para nosotros mismos. Tenemos un plan de acción, sabemos exactamente lo que no queremos, y lo que sí queremos. Sabemos lo que tenemos que hacer para llegar allí: con la decisión de ser responsables y comprometidos con el proceso mediante la práctica diaria. Así como practicamos culpar a otros, y por lo tanto creamos una actitud negativa hacia la vida, lo que tenemos que hacer de forma pro-activa es practicar dar las gracias y practicar ser agradecidos, por lo que se puede concentrar en una base diaria en todas las razones que se tienen para estar agradecidos e inspirados. Esta es la razón por la cual, hombres y mujeres jóvenes del movimiento, necesitamos que nuestros padres.


La importancia de nuestros padres y de los Padres Verdaderos

Hubo una película hace muchos años sobre un grupo de niños atrapados en una montaña. La película muestra cómo era la vida de esos jóvenes sin sus padres. Sin una figura paterna, sin un entrenador que oriente y supervise a estos niños, básicamente, degeneró en lo que Hobbes llamaría una existencia salvaje. Los chicos se convirtieron en salvajes, y sus deseos eran salvajes. Ellos querían destruirse unos a otros.

Cuando uno ve películas como esa, se da cuenta de la importancia de contar con las figuras paternas y maternas en nuestras vidas. Estados Unidos es una gran superpotencia, con una Constitución que tiene pesos y contrapesos. Se garantiza la libertad y la igualdad de derechos a todos los hombres y mujeres. Pero si no entendemos la importancia de tener una relación vertical centrada con una figura paterna como Dios, entonces incluso un gran país como Estados Unidos puede fácilmente degenerar en un país de vida amoral, y la gente sin saber cuál es su propósito.

Es por eso que necesitamos a los Padres Verdaderos en nuestras vidas. Sin importar lo grande que seamos, siempre necesitamos a nuestro padre y a nuestra madre. Creo que muchos jóvenes y mujeres sienten que saben lo que hay que hacer, conocen la providencia, saben lo que necesita llevarse a cabo, y sólo ellos pueden proporcionar la solución para el futuro. Sin embargo, sin una comprensión o una imagen global de por qué estamos aquí en primer lugar, independientemente de lo grande que somos como hombres y mujeres, si no podemos reconocer a Dios en nuestras vidas, si no podemos reconocer la importancia de contar con un paradigma de vida del verdadero amor, como los Padres Verdaderos en nuestras vidas, nunca seremos totalmente expansivos en nuestro papel de los grandes embajadores de la paz que estábamos destinados todos a ser.

En otras palabras, el Padre y Madre Celestial nos han dado este paradigma llamado Padres Verdaderos en nuestras vidas. Ellos nos dan un gran ejemplo de vida para el bien de los demás. No son la clase de personas que culpan a otros por sus miserias. Creo que si alguien tenía el derecho de culpar a otros de su sufrimiento, mi padre y mi madre deberían tener el primer lugar. El Padre ha sido encarcelado seis veces, y arrojado como muerto a la calle desde un campo de concentración de Corea del Norte. Ha sido difamado, maltratado, abusado, e incomprendido por muchos años. Pero este hombre nunca culpa a los demás. Asume la responsabilidad por sí mismo y va a seguir llevando una vida activa de querer capacitar, inspirar y alentar a sus hijos a ser lo mejor que podemos ser.

Lo mismo es cierto también para nuestra Madre Verdadera. El sufrimiento que ésta mujer ha tenido que soportar es increíble: muchos, muchos sufrimientos. Incontables cajas de Kleenex (pañuelos de papel descartables) han quedado en el camino. Esta mujer entiende y conoce el sufrimiento. Pero nunca culpa a los demás. Nunca le echa la culpa al pasado. Siempre anima a sus hijos a mirar hacia el futuro, hacia el destino que les espera. Nuestra Verdadera Madre siempre ha animado a sus niños, nos dice: “Ustedes no crecieron en el mejor ambiente en los primeros días de la iglesia. Pero no dejen que el pasado los presione. Miren hacia el futuro, ese futuro del que pueden hacer una parte participando de él”.

Ella siempre nos ayudó a mirar hacia adelante, siendo conscientes de los espejos laterales, de vez en cuando buscando en nuestro espejo retrovisor para recordar lo que ha pasado, para aprender de los errores del pasado y no quedarnos atrapados en el resentimiento o enojados en el pasado. Nos animó a aprender de ella, alcanzar la sabiduría de lo que realmente podemos crear con nuestro propio poder para impulsarnos hacia adelante en ese glorioso destino que nos pertenece a todos nosotros como hijos de Dios.


Reaccionando a la tragedia con pro-actividad

Hermanos y hermanas, no es sólo el hermano que falleció en New Hampshire. Hemos tenido otro hijo bendecido, de 21 años de edad, quien se quitó la vida recientemente. Una vez más, hay una historia, un montón de cosas que realmente necesitan ser resueltas. Recientemente, en New Jersey, una joven ha tratado de quitarse la vida porque ella fue muy maltratada por sus compañeros en su escuela.

Cuando este tipo de cosas se producen, en lugar de culpar a los demás, culpar a los profesores, amigos o lo que sea, tenemos que hacer un balance de dónde estamos y decidir dónde vamos a ir. Este año, por Lovin’ Life, la bandera en mi mente es trabajar en el ideal de la familia, en el tratamiento de todos los problemas que surgen en el contexto de la familia, para ayudar realmente a nuestro Movimiento a ser esa generación gloriosa de la paz, una generación que es digna de este nuevo milenio.

Nosotros queremos poner de relieve algunas de las cuestiones que tienen lugar en un entorno familiar. Es lamentable tener que sacar a la luz lo que ocurrió, pero esta es una oportunidad para que nos unamos como comunidad y digamos: “Sí, nos encontramos en un evento trágico, pero en lugar de quedarnos petrificados, ¿cómo vamos a tomar la iniciativa? ¿Cómo vamos a mantener nuestro enfoque en el futuro y seguir haciendo las cosas mejores para nuestros jóvenes, para nuestra comunidad, y para nuestro movimiento?”

Con el fin de hacer eso, no puedo exagerar la importancia de mantener el patrimonio espiritual de nuestro Movimiento. Cuando nos fijamos en estos ejemplos, nos damos cuenta que son 10 o 15 años que están haciéndolos. Si vamos a ser honestos, en los últimos 20 años nuestra iglesia ha hecho muchas grandes obras en el nombre del servicio de la paz, en nombre de la vida por el bien de los demás. Pero no hemos podido invertir en nuestra gente. Hemos dejado de invertir en nuestra juventud.

El problema más grande que vi cuando me estaba preparando para ir a Corea del Norte fue que, en Pyongyang, hay fachadas fabulosas, gloriosos monumentos a Kim Il Sung y al régimen comunista, rascacielos más altos que los de Corea del Sur, pero no hay nadie viviendo allí. Todos los condominios están deshabitados. Todo es una muestra de la fuerza y grandeza del régimen comunista. Sin amor, sin una comprensión de Dios, no hay deseo de reconocer a todos los seres humanos como un hijo divino eterno e hija de Dios.


“Necesitamos un Ministerio Unido”

Cuando una organización o un movimiento o un régimen no invierten en su gente y no alientan e inspiran a la gente para que quieran ser los mejores, antes o después esa organización, movimiento, o el régimen que sea se derrumbará desde su interior. Lo vemos ocurrir una y otra vez en los antiguos países de la Cortina de Hierro. Si seguimos concentrándonos en la grandeza de todo el trabajo que estamos haciendo providencialmente por tener todas esos festivales gloriosos, pero no nos concentramos en la herencia espiritual de la que venimos, o la iglesia que fundaron nuestros Padres Verdaderos, o el significado del sacramento increíble de la bendición que es un regalo para el mundo, entonces vamos a terminar en ruinas.

Vemos esto incluso dentro de nuestro propio Movimiento. Vemos que durante los últimos 20 años no hemos tenido crecimiento. De hecho, hemos tenido un crecimiento negativo. Muchos de los jóvenes de segunda generación se han perdido y han seguido su propio camino. Si no invertimos en el futuro mediante la inversión en la gente, en el cuidado de las personas, mediante la práctica compasiva de vivir día a día, entonces nos derrumbaremos desde adentro.

Es por eso que necesitamos un Ministerio, y es por eso que necesitamos un Ministerio unido para recordarnos la unidad con nuestro Padre Celestial y nuestros Padres Verdaderos. Tiene que ser el núcleo. Sin el núcleo, usted no tendrá a la gente inspirada, y si usted no tiene la gente inspirada ocupando los grandes monumentos, como los que han hecho en Pyongyang, tarde o temprano, el régimen se derrumbará.

Muchas personas me han criticado por concentrarme en los jóvenes, en el Ministerio, diciendo que no debería ser un Ministerio, sino que sólo debería ser un movimiento o proyecto de servicio. Mi respuesta es, absolutamente no. Si sólo nos concentramos en la forma externa en que vemos al mundo, pero no estamos abordando los temas con los que tenemos que lidiar día a día, tarde o temprano no vamos a ser diferentes de Corea del Norte, hermanos y hermanas.

Nosotros necesitamos a Dios en nuestras vidas. Necesitamos a los Padres Verdaderos en nuestras vidas. Y no tenemos que perder el tiempo probando si somos hijos e hijas eternos de Dios o no. Si estamos en el camino correcto o por el mal camino, tarde o temprano, nos pondremos en contacto en el camino correcto. Así que, en lugar de tratar de poner excusas de por qué estamos en el camino equivocado, tenemos que concentrarnos en estar unidos con nuestros Padres Verdaderos, y yendo hacia adelante como una sola familia bajo Dios.

Así que, hermanos y hermanas, sean Unificacionistas orgullosos. Siéntanse orgullosos de su herencia espiritual. Estén orgullosos de sus padres. Los Padres Verdaderos son mis padres, ellos son sus Padres, y ellos son nuestros Padres Verdaderos. Así que vamos a ser esos grandes embajadores de la paz como hijos e hijas de Dios, que es realmente la encarnación de la excelencia interna, así como la excelencia externa. Así que, por favor, tengan un maravilloso domingo, y que Dios los bendiga.

 

Fuente

Traducción no oficial, solo para Unificacionistas:

Ricardo Gómez, Argentina

Ricardo Gómez ricardomardel@yahoo.com.ar

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Autor: Ricardo Gomez

Traductor y corrector de las Sagradas Escrituras: Cham Bumo Gyeong, Cheon Seong Gyeong y Pyeong Hwa Gyeong. Traductor de la Antología de la Madre Verdadera; corrector de las Memorias de Hak Ja Han; corrector del libro El Ciudadano Global Amante de la Paz; Traductor y corrector junto a Yamila Gómez de la Constitución del CIG, entre otros muchos trabajos.

4 opiniones en “En respuesta a la tragedia: superando el juego de la culpa”

  1. Este adelanto espiritual que demuestra en el discurso, su comprensión y su armonía, así como muchos de los términos que utiliza, dejan ver no sólo una gran fe como la nuestra sino también profundos conocimientos en psicología que con completo aserto ha sabido pasar al lenguaje coloquial. Es un ejemplo ver como busca que aprendamos a tener un locus interno, ser responsables por nuestro destino, y cómo ejemplifica sin anatematizar. Expresa una belleza que surge del Amor Verdadero.

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  2. Leí una primera parte, bueno el artículo, a pesar que el arte conmigo no va, sin talento pa’larte, jaja. Puedo verlo desde otra óptica, como In Jin Nim, puede profundizar este aspecto del ser humano y desarrollarlo con los chicos y jóvenes; la importancia de desarrollar los talentos, no solo que te estimula enormemente, sino que te ayuda mucho a desarrollar el carácter (Primera bendición)

    Aleluya

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